Educando en 2030
No cabe duda de que la nueva década traerá importantes cambios, esperemos que también en el ámbito educativo.
Hay cosas hacia las que, inevitablemente, ya vamos encaminados, como el completo uso de las tecnologías en las aulas. Sí es verdad que ahora usamos ciertos aparatos electrónicos como ayuda o soporte, pero de aquí a 8 años muy probablemente cada niño acuda a clase con su propia tablet, al igual que ahora hacemos los universitarios. Los libros de texto, pues, caerán por completo en el olvido, lo que tampoco es tan malo considerando el gran número de árboles que evitarán ser talados. A su vez, la pizarra clásica será sustituida por una digital.
Si bien podemos pensar que el profesor pasaría a un segundo plano, en una situación como la que se presenta su papel es incluso más importante, enseñar a los jóvenes a discernir entre lo bueno y lo malo, y guiarles en una red infestada por noticias falsas y conocimientos vacíos. En una situación así más nunca son de vital importancia las habilidades humanas, ¡y el sentido común!
Mientras que los saberes académicos básicos se mantienen, espero que estemos avanzando hacia una sociedad en la que se de más importancia a otros valores y habilidades personales como son el trabajo en equipo, la empatía, el respeto... Este afán por educar a nuestros niños no solo con conocimientos, sino con valores, nos ayudará a conocer a cada una de ellos mucho mejor y a centrarnos en sus necesidades específicas, de forma que veremos el abandono escolar en casos muy reducidos.
Hasta ahora, en ningún otro supuesto anterior se había tenido en cuenta que el planeta viviese una pandemia, pero ahora, y más experimentados (por desgracia), las medidas de seguridad sanitarias prevalecerán en el aula. Quizá no haya que llevar mascarillas ni ser tan escrupuloso con la distancia de seguridad, pero las clases en las que los pupitres se vean unidos no se verán por ningún lado. Y aunque todo esto pueda parecer un hándicap, lo cierto es que con esto de la pandemia la sociedad ha aprendido cuán importante es tener un buen sistema de comunicaciones, y por qué no, un buen sistema de streaming.
¿Será todo como aquí se plantea? Pues ya lo iremos viendo, y más importante, creciendo.
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