Participación escolar

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 Como venimos comentando en clase,  la participación de profesores, padres y alumnos en los centros educativos debería fomentarse de forma constante, pues ayuda a generar un buen clima escolar. Por eso en esta entrada trataré de describir qué estrategias podrían despertar su interés en participar en la dinámica del centro, especialmente en el caso de los alumnos, que parecen ser los menos colaborativos.

En España, la participación de los padres en el ámbito educativo ha cobrado fuerza en los últimos años, de manera que prácticamente todos los centros cuentan con asociaciones de padres como las AMPAs, que permiten una mejor coordinación y relación entre el centro y las familias a través del fomento, fundamentalmente, de actividades como excursiones o mercadillos solidarios, pero también de cursos de diversas temáticas: culturales, de primeros auxilios, sobre el medio ambiente... Todas estas actividades permiten a los miembros del centro entablar relaciones más allá de lo que tiene que ver con el currículum académico, ayudando a generar ese buen clima escolar que ya hemos mencionado.

Relativo a la participación docente, cabe destacar que durante secundaria es común que los alumnos tengan un profesor por asignatura, lo que dificulta la posibilidad de conocer a los estudiantes de manera más profunda y personalizada. Esto me lleva a pensar que incentivar la colaboración del Claustro de Profesores sería beneficioso tanto para los estudiantes, puesto que se crearía un perfil de ellos en el que se vean claramente sus puntos fuertes y débiles, como para los propios profesores, ya que la interacción con otros docentes les ayudará a mejorar su manera de enseñar e incluso a intercambiar estrategias de enseñanza y métodos 

Y por último pero más interesante, llegamos a la participación por parte del alumnado. Para asegurar su compromiso y colaboración, obviamente hay que otorgar a los estudiantes de ciertas facilidades. Con esto quiero decir que si pensamos en el ambiente del aula, para fomentar esta participación activa habría que estimular su atención a base de preguntas, reflexiones o comentarios, intentando siempre que las respuestas erróneas no sean motivo de castigo o burla por parte de los compañeros. En definitiva, para que la participación de los estudiantes siga un curso favorable, debemos implementar un sistema que se fundamente en el refuerzo positivo. 

Para llevar esta colaboración también fuera del aula, es necesario que los alumnos estén informados del tipo de actividades que se ofrecen y las ventajas que supondría para ellos su participación. Lo que en nuestros ojos pueda parecer tan evidente, en muchos casos para ellos no lo es, y mientras que por parte del centro puede que nosotros vayamos a estar expuestos a numerosa información sobre actividades extraescolares, debemos asegurarnos de que ésta información llega a los alumnos de manera adecuada. Por esto mismo es importante que cuenten con un buen tutor que les informe de la variedad de posibilidades con las que cuentan. Durante las horas destinadas a las tutorías podrían, por ejemplo, llevarse a cabo encuestas para conocer los intereses de los alumnos más allá del ámbito de los estudios y organizar actividades en torno a ello, como pueden ser talleres sobre feminismo, educación ambiental, y un largo etcétera. Aparte de los tutores se me ocurre que otra alternativa para la promoción de estas actividades pueden ser las redes sociales oficiales del centro, ya que es un hecho que la mayoría de jóvenes es el medio de información al que más acuden. 

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