Bye-lingual

Por el título, os podéis imaginar la temática de este post... Y es que voy a hablar de una de las fortalezas del sistema educativo castellanoleonés, del que he sido partícipe unos cuantos años (y aún soy). 

Aún siendo andaluza, podemos decir que me he formado totalmente como castellanoleonesa, ya que cuando me mudé aquí apenas había empezado el 2º curso de Educación Primaria, así que puedo hablar desde la voz de la experiencia. Tomando como referencia el artículo de Susana Escribano publicado en El Norte de Castilla en el año 2017, y la tesis escrita por Foces Gil, procedo a explicar esos elementos que más me han llamado la atención. 

He de admitir que de dicha tesis me he centrado en lo relativo a la enseñanza de idiomas, que es lo que a mí como futura docente más me preocupa. 

A día de hoy está abierto el debate sobre los beneficios de la enseñanza bilingüe, y no creo que llegue a su final en los años venideros. 

Os sorprenderá esto que voy a defender, teniendo en cuenta que planeo dedicarme a la docencia del idioma, y es que no soy partidaria de la implantación de este sistema. Al menos no de la manera en la que se está haciendo. 

Podéis llamarme radical, pero en mi opinión, si lo que buscamos es el dominio de la lengua desde una temprana edad, habría que exponer a los estudiantes al idioma desde mucho antes, básicamente desde que son bebés, cuando es mucho más fácil la adquisición de la segunda lengua. Como numerosos investigadores han demostrado (y os lo digo yo que me tuve que leer 300000 de estos informes durante la carrera...), adquirir un idioma es mucho más fácil que aprenderlo, de manera que si el sistema sigue planteando la enseñanza así, debería también recalcular sus objetivos. 

No digo que haya que cerrar los centros bilingües ni mucho menos, pero apoyo la apertura de centros preescolares (a poder ser públicos...) que sigan este mismo modelo para que este método sea 100% eficaz. 

Os voy a hablar directamente de mi caso familiar, ya que mi hermana más pequeña está actualmente cursando 5º de Educación Primaria. Su colegio implantó el sistema bilingüe poco antes de que ella diera el paso a Primaria, y no es por vacilar ni nada, pero siempre ha sido una niña con facilidad en el colegio. Sin embargo, que un tercio del currículo de pronto fuera en un idioma del que hasta hace apenas un año daban dos horas semanales, no facilitó el cambio. 

Ella tiene la suerte de que en casa disponemos de conexión a Internet y de que yo misma he estado formándome y constantemente en trato con el idioma. Con esto quiero llegar a parar a que en muchos casos, los niños se plantan frente al libro, con cuatro fotos y mucho texto en inglés, del que saben los colores y la conjugación del presente de los verbos "to be" y "to have", y no adquieren los conocimientos que deberían o pierden mucho tiempo en intentar hacerlo. 

Localizar el tema, traducirlo al español, comprenderlo, asociar el vocabulario importante con sus equivalentes ingleses, y luego ser capaces de explicar todo eso en inglés también... y eso teniendo en cuenta que sean los niños los que se implican en el estudio y no los propios padres los que se molestan en hacer la tarea del escolar o de traducir y resumirle el temario... 

Me apena que ésto sea así, pero otra de las realidades de este sistema es que la gente lo elige por xenofobia. En los colegios es más difícil que sea así y hay mucha menos diferencia entre unos y otros, pero en cuanto los alumnos llegan a la Educación Secundaria, la xenofobia tiñe hasta el currículo que éstos han de tomar. Muchos institutos tienen el sistema bilingüe como optativo, y en muchos casos los padres matriculan a sus hijos en este itinerario por separar a sus hijos de personas racializadas, que normalmente escogen el currículo "clásico". 

Me gustaría saber lo que opináis acerca de este tema, ¿estáis a favor o en contra de éste sistema? ¿Por qué? 

Espero que este post os haya invitado a reflexionar no sólo sobre el sistema sino también sobre la realidad social presente. ¡Nos vemos! 

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