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¿Sabíais que desde el 2015 nuestra futura profesión también cuenta con un Libro Blanco? ¿Que qué es un "Libro Blanco?
Un "libro blanco" es un documento que explica en detalle un tema de interés para tu público objetivo. En este caso, el Libro Blanco de la Profesión Docente recoge aspectos y veinte medidas o propuestas que se derivan del estudio de las obvias debilidades del sistema educativo español.
De todas ellas, voy a centrarme en aquellas que más han llamado mi atención:
Como dice el manual, "para educar al niño hace falta la tribu entera", por lo que me parece importante la sexta medida, que propone atraer hacia la profesión a personas más competentes y comprometidas para así aumentar el prestigio social de los profesores. Si bien es cierto que esto no siempre es así, siento que la sociedad va perdiendo el respeto por los profesores progresivamente. Me explico: si un niño tiene problemas en la escuela por comportamiento, los padres no suelen cuestionar tanto al maestro, pero si un profesor hace llamada a los padres de un adolescente, es más probable que se cuestione su valía como profesor.
Varias propuestas mencionan la importancia que darían y tendrían los Centros Superiores de Formación de Profesorado, lo que a mí particularmente me parece un poco elitista. Cierto es que el profesor ha de poseer ciertas cualidades básicas que le hagan apto para el puesto y rol que desempeñará en la sociedad, pero, ¿hemos de excluir sistemáticamente a todo aquel que en un principio no alcance estos estándares? Parece que esto es lo que se propone mediante la imposición del DEP, o el programa del Docente en Prácticas. Con este programa se pretende que todo candidato a profesor tenga una formación previa de 7 años antes de poder ingresar en la bolsa de trabajo. Pero antes de todo esto, se debe pasar una prueba de acceso, tras la cual se accedería a un máster en uno de estos centros formativos y se cerraría esta formación con dos años de prácticas. Los criterios de selección no quedan recogidos en este documento, pero sí que se plantea también una evaluación periódica de los profesores, en la que han de tenerse en cuenta su portfolio, el progreso de sus alumnos, la evaluación del propio Centro y la observación del docente en el aula impartiendo la materia.
Me pregunto qué pasaría si una persona "pierde facultades", cómo planean los filósofos hacer cara a otra de las problemáticas que se observan al menos hoy en día. Comentábamos en otra clase que uno de los problemas de la docencia actual es que tras varios años en la profesión, muchos habilitados acaban mentalmente desgastados y con depresión. Y esto me hace cuestionarme si será culpa del sistema actual, en el que el profesor no ve las recompensas que le corresponden, o del propio docente, que toma la decisión de aceptar este rol sin tal vez haber reflexionado lo que éste conlleva. ¿Qué se haría entonces? ¿Destituir a la persona o redestinarla a uno de estos centros formativos?
Como sabéis ya, a mí todo lo que acaba ligándose a las "justicias sociales" me hace cosquillas al alma, y personalmente la manera en la que se proponen y se han redactado estas propuestas me parece, cuanto menos, utópica.
Aquí os dejo un trabajo relativamente reciente que muestra el impacto del tipo de contrato (por todo el tema de las prácticas...) en la salud mental del personal docente.
Espero no haber sonado demasiado pesimista ni haberos aburrido hasta la médula, como siempre, un placer teneros por aquí y ¡nos vemos pronto!
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